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Artículo 02

Volumen 01

El Proceso de Enseñanza Aprendizaje de los Idiomas 
¿Qué y cómo enseñar?

 
María Ernestina Yolanda Reyes Bernabé 
ENP Plantel 6 “Antonio Caso” 



¿Qué? es una de las preguntas a las que año tras año los profesores deben encontrar una respuesta. Aparentemente está contestada de antemano. La materia que se imparte es Inglés IV; entonces no hay por qué romperse la cabeza para encontrar la respuesta al “qué”; hay un Programa el cual consta de 10 unidades, y sólo queda enseñarlo del principio al fin: de la unidad 1 a la 10, y del mes de agosto al mes de abril. El ¿cómo?, aparentemente también, ya está resuelto. Por lo tanto, no hay pregunta qué perseguir… Aparentemente. 

En la eterna búsqueda sobre la enseñanza de lenguas, los investigadores del Consejo de Europa, en la década de los 60, cuestionaron la visión tradicional de la transmisión de los saberes y su orientación de arriba hacia abajo, subrayando al mismo tiempo que el sujeto que aprende, con todas sus características psicosociales, se encuentra en el centro del proceso de adquisición. Y llegar a la adquisición de una lengua debería ser la meta óptima de todo aprendiente. 

A finales de la década de los 70 y principios de los 80, esta idea llegó al recién creado Colegio de Ciencias y Humanidades por la necesidad inmediata de elaborar un programa para la enseñanza del inglés en esa institución, y llegó con el nombre de “enfoque comunicativo”. Posteriormente, el CELE, posiblemente valiéndose de su posgrado en Lingüística Aplicada, lo descubre, lo adopta y hasta la fecha, lo sigue, y lo transmite, sobre todo al profesorado de la UNAM.  Ya después de tantos años y con diferentes interpretaciones, este enfoque pretende básicamente: 

  • Orientar al alumno para comunicarse en la lengua meta, 
  • Basarse en las necesidades del alumno, 
  • Definir al alumno como el centro de atención. 
  • Metodológicamente basarse en las funciones de la lengua, en contraste con otros, por ejemplo, el que se basa únicamente en la gramática. Por ello, se supone, que mediante este enfoque el alumno debe lograr comunicarse puesto que está utilizando las funciones, expuestas por Wilkins, tales como serían: 

1. saludar, dar información sobre sí mismo, (Unidad 2 del Programa de IV), 
2. pedir y dar información, por ejemplo cómo llegar a un lugar, (Unidad 3), 
3. prometer, entre otras. 

El enfoque supone que el contenido de un programa incluye nociones semánticas y sociales y no únicamente estructuras lingüísticas. Y recomienda el uso de material real y auténtico con el fin de apreciar situaciones y exigencias de la vida real. (Castillo, 2005)) 

Otra característica metodológica de este enfoque es que puede utilizar cualquier método, por ejemplo listas de palabras, repetición oral, puntos gramaticales. Todo esto que en los 80 estaba prohibido y considerado casi, casi anatema, ahora se vale, dependiendo siempre de las necesidades del alumno, y en tanto el profesor no se centre en una sola cosa, como sería el dedicarse únicamente a la gramática sin tomar en cuenta el Programa de la materia impartida, y el objetivo principal: que el alumno logre comunicarse en la lengua meta. 

Hoy en día se puede decir que el enfoque comunicativo es tan abierto que se puede considerar que ha llegado a ser un enfoque comunicativo “ecléctico”. Por ejemplo, una de las maneras en que se ha tratado de contemplar el aprendizaje es desde la concepción constructivista, visión expuesta por Ausubel, y que consiste en la construcción personal y social, en un proceso que realiza el aprendiente. Para que esta construcción se dé, se necesita cumplir con la necesidad de “significatividad” (Ausubel, 1968)), lo que implica que el nuevo conocimiento parta de los conocimientos previos del alumno para que el aprendiente relacione el nuevo conocimiento con el anterior, establezca asociaciones y reestructuraciones, y que el resultado de todo este proceso  sea la configuración de nuevos vínculos cognoscitivos. 

Molina Avilés (Molina, 2008)) resume en forma muy concreta “los enunciados básicos” del enfoque 
constructivista. 
  • El conocimiento no se transmite. 
  • Se transmite la información. 
  • El conocimiento se construye. 
  • Cada alumno construye su aprendizaje y se apropia del conocimiento. 
  • El aprendizaje es un proceso complejo en el que intervienen los aspectos cognitivos, 
  • afectivos y activos. 
  • El aprendizaje es una práctica constructiva, propositiva, intencional, activa y consciente, 
  • que incluye las actividades recíprocas que implican intención-acción-reflexión. 
  • El conocimiento ocurre dentro de un contexto y dentro de las interacciones en que se 
  • construye. 
  • El conocimiento no solamente está en la cabeza del que aprende, sino que tiene que 
  • ver con las comunidades de discurso y práctica que influyen en los conocimientos, 
  • creencias y valores. 
  • El aprendizaje se sitúa en un contexto determinado. 

Todo esto es precisamente lo que el Consejo de Europa en el Marco común europeo de referencia para el aprendizaje, la enseñanza y la evaluación de lenguas (4) propone. El Consejo también plantea “a todas las personas que se ocupan de la organización del aprendizaje de idiomas que basen su trabajo en las necesidades, motivaciones, las características y los recursos de los estudiantes. Eso supone dar respuesta a preguntas como las siguientes: 

  • ¿Qué tienen que hacer los estudiantes mediante el uso de la lengua? 
  • ¿Qué tienen que aprender para poder utilizar la lengua con el fin de conseguir esos 
  • fines? 
  • ¿Qué les hace querer aprender? 
  • ¿Qué tipo de personas son (edad, sexo, origen social y nivel educativo, etc.)? 
  • ¿Qué conocimientos, destrezas y experiencias tienen sus profesores? 
  • ¿Qué acceso tienen a manuales, obras de consulta (diccionarios, gramáticas, etc.), 
  • medios audiovisuales, computadoras y programas informáticos? 
  • ¿De cuánto tiempo disponen o cuánto están dispuestos a emplear? 

Toda esta información se ha transmitido en fragmentos y a lo largo de muchos años. Basándose más cercanamente en las diferentes propuestas del Marco común europeo de referencia …, este enfoque sí se puede aplicar en el Plantel, especialmente en función de lo siguiente: 
La planificación del aprendizaje independiente, que supone: 
  • Despertar en el alumno la conciencia de su estado presente de conocimientos. 
  • El establecimiento de objetivos viables y útiles por parte del alumno. 
  • La selección de materiales. 
  • La autoevaluación. 
El enfoque que el Marco común europeo de referencia adopta es uno que se centra en la acción en la medida en que considera a los usuarios y alumnos que aprenden una lengua principalmente “como agentes sociales…como miembros de una sociedad que tiene tareas que llevar a cabo en una serie determinada de circunstancias, en un entorno específico y dentro de un campo de acción concreto”. 

Al estar el enfoque basado en la acción, toma en cuenta los recursos “cognitivos, emocionales y volitivos”, así como toda la serie de capacidades específicas que un individuo aplica como agente social. 

Obviamente, es también de suma importancia para este enfoque que se contemplen muy de cerca las competencias generales de los alumnos, que han sido explicadas también desde hace mucho tiempo, y las cuales se componen de: sus conocimientos, sus destrezas, su competencia existencial, además de su capacidad de aprender. 

Para el Marco común europeo de referencia, 
  • Los conocimientos, o conocimientos declarativos (savoir) se entienden como aquellos conocimientos derivados de la experiencia (empíricos) y de un aprendizaje más formal (académicos). Estos conocimientos se encuentran en múltiples áreas y varían de un individuo a otro; pueden ser específicos de una cultura, pero también pueden estar relacionados con parámetros y constantes más universales. 
  • Las destrezas y habilidades (saber hacer), ya sea para manejar un carro, tocar el violín o presidir una reunión, dependen más de la capacidad de desarrollar procedimientos que de los conocimientos declarativos, pero se puede propiciar esta destreza mediante la adquisición de conocimientos interiorizados, y puede ir acompañada de formas de competencia existencial, por ejemplo la actitud relajada o la tensión a la hora de realizar una tarea. 
  • La competencia existencial (saber ser) se puede considerar como la suma de las características individuales, los rasgos y las actitudes de personalidad que tienen que ver, por ejemplo, con la autoimagen y la visión que tenemos de los demás, y con la voluntad de entablar una interacción social con otras personas. Estos rasgos, actitudes e idiosincrasia de la personalidad son parámetros que hay que tomar en cuenta a la hora de aprender y de enseñar una lengua; por lo tanto, aunque puedan ser difíciles de definir, deberían ser incluidos en un marco de referencia, ya que se considera que forman parte de las competencias generales del individuo y debido a ello constituyen un aspecto de sus capacidades. 
  • La capacidad de aprender (saber aprender) moviliza la competencia existencial, los conocimientos declarativos y las destrezas, y hace uso de varios tipos de competencia. La capacidad de aprender también se puede concebir como la predisposición o la habilidad para descubrir lo que es diferente, ya sea otra lengua, otra cultura, otras personas o nuevas áreas de conocimiento. 

Desde hace años, a muchos maestros de lenguas se les ha estado dando esta información, y otras más, en forma fragmentada y en pocas raciones como si se acabara de inventar, pero se tiene. 

La nueva pregunta sería ¿qué hacer con ella? Si la meta es “…mejorar el proceso de enseñanza aprendizaje de los idiomas” en el Plantel 6 de la E.N.P., sería necesario que se tomen en cuenta y practiquen con seriedad las sugerencias del Marco común europeo de referencia para el aprendizaje, la enseñanza y la evaluación de lenguas. 

Los profesores de lenguas deben abocarse a estudiar detenidamente estas propuestas y, ya sea en conjunto o individualmente, comprometerse a implantar este enfoque activo del Marco común  europeo. Ello no implica, necesariamente, que se tengan que elaborar materiales. Es válido echar mano de lo que el mercado ofrece: libros de texto, CDs, videos, películas, etc. Siempre y cuando éstos sean considerados como un apoyo, y no como lo único que el alumno va a ver año tras año y muchas veces solo. 

Es obvio que la constancia, presencia y responsabilidad del profesorado son componentes indispensables para mejorar el “proceso de enseñanza aprendizaje” de los idiomas en cualquier salón de clase. 

BIBLIOGRAFÍA 

. Ausubel, D.P. Educational Psychology: A Cognitive Review. New York, Holt Rinehartm and 
Winston, 1968. 

. Castillo, Tita. Informe académico. Análisis y propuestas a la Metodología del Instituto 
Interlingüa. Trabajo desarrollado para la obtención de licenciatura en la Facultad de 
Filosofía y Letras. U.N.A.M. México, 2005. 

. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Marco común europeo de referencia para el 
aprendizaje, la enseñanza y la evaluación de lenguas. Madrid, España, 2002. 

. Molina, Margarita. “Un nuevo paradigma en educación. De la enseñanza al aprendizaje”. En 
Ecos de San Ildefonso. Nueva Época. De la Escuela Nacional Preparatoria. Diciembre-
Enero 2008. Año 1, No. 2. 

. Wilkins, David. Notional syllabus. Oxford University Press,U.K., 1976. 


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