CULTURA: LA QUINTA HABILIDAD LINGÜÍSTICA Susana Arvizu Vargas ENP Plantel 6 “Antonio Caso” Colegio de Inglés Entre las numerosas definiciones de cultura encontramos las siguientes: “Conjunto de valores, creencias, ideologías, hábitos, costumbres y normas que comparten los individuos en la organización y que surgen de la interrelación social, los cuales generan patrones de comportamiento colectivos que establecen una identidad entre sus miembros y los distingue de otra organización o grupo” Tomalin (2008). Solares (1996) señala la cultura como un “sistema de comunicación social”, y el psicólogo holandés Geert Hofstede (2005) la define como “el software de la Mente”. Robinson (1988:7), de manera muy completa, clasifica la cultura en tres rubros:
Otras definiciones analizan la cultura desde distintos puntos de vista, aportando diversos nombres al referirse a ella, por ejemplo: “Conocimiento de la Cultura”, “Valores culturales”, “Comportamiento cultural” y “Sensibilidad cultural”. El “conocimiento de la Cultura” (con “C” mayúscula), es el conocimiento de las instituciones como tales, donde encontramos diversas manifestaciones artísticas, históricas, museográficas, como lo describen Tomalin y Stempleski en su libro La Conciencia Cultural (1995). Por otro lado losvalores culturales tienen que ver con lo que la gente piensa, la psique del país y aspectos como la familia, la hospitalidad, el patriotismo, la imparcialidad. Otra apreciación de la cultura se refiere al comportamiento que alude al conocimiento de las rutinas y comportamiento diarios. Finalmente, se refiere a un proceso interno de una conciencia intercultural y el desarrollo de ciertas habilidades culturales, usando la lengua como el medio a lo que Tomalin denomina la quinta habilidad lingüística, conjuntamente a las cuatro habilidades básicas: escuchar, hablar, leer y escribir.
Hay mucho que reflexionar antes de iniciar el estudio de la cultura de manera formal en la enseñanza de una lengua extranjera. Hasta hace poco se daba por hecho que si alguien aprendía un idioma, automáticamente aprendía su cultura, y no es así. Se pueden aprender muchos rasgos pero esto no nos enseña la sensibilidad ni la conciencia propias de una comunidad, ni cómo comportarse en ciertas situaciones. Lo que la “quinta habilidad lingüística” nos enseña es la actitud y las técnicas para adaptar el uso de la lengua extranjera al aprendizaje, la comprensión y la apreciación de los valores, el modo de hacer las cosas y las cualidades únicas de otras comunidades. Esto implica entender cómo usar el idioma y aceptar las diferencias, ser flexible y tolerante en la manera de hacer las cosas, que puede ser distinta a la propia.
¿Qué cultura vamos a enseñar y con qué materiales? El escritor Simon Greenall, estudioso de este tema, ha tratado de abordar una agenda cultural en su manual La Gente como Nosotros (2001). Greenall escoge diversas culturas como materias de estudio. En el caso de Inglés se tiene la disyuntiva de qué cultura específica deberíamos enseñar, la británica o la estadounidense y, si es así, por qué excluir a Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Singapur o India, todas ellas de formación inglesa.
En cuanto a los materiales, la cultura tiende a ser relegada a una pequeña sección en los libros de texto y a algunas secciones de lectura. Sin embargo, se podría argumentar que cada foto, dibujo, paquete de lectura o diálogo puede ser objeto no sólo de explotación lingüística, sino de discusión cultural y debate. Nuestros textos contienen, además de materiales impresos, audio, CD ROM, DVD e incluso sitios web. Así como también intercambios para conocer la cultura de los diferentes países. Cabe preguntarnos si estos componentes amplían los caminos para enseñar la sensibilidad y conciencia cultural y, si esto fuera así, qué deberíamos presentar en ellos. Algunos profesores de idiomas a nivel internacional se quejan de la carencia de materiales de video con acontecimientos culturales típicos y solicitan una metodología crítica que destaque las áreas clave que pueden causar malentendidos entre las culturas y se presenten para discusión en clase. La cuestión de separar la lengua de su contexto cultural ha sido materia de debate durante muchos años en la enseñanza de lenguas. Y aún quedan las interrogantes de cómo incorporar los temas culturales en nuestros materiales, si es conveniente impartir más cultura o, por el contrario, ignorar ese enfoque y ver la cultura de una manera superficial.
¿Dónde entra la “cultura” y a qué disciplina corresponde? La cultura se va difundiendo a través del tiempo gracias a las múltiples disciplinas académicas que influyen en su desarrollo. Una es la Lingüística, que ha proporcionado los conceptos para el análisis de lengua, base de la comunicación intercultural. Otra es la Psicología, que ha proporcionado muchos de los conceptos que usamos para entender la motivación y el comportamiento de la gente. También se encuentran la Sociología y la Antropología, que han estudiado el comportamiento y las influencias que forman los valores sociales de cada comunidad. Podemos decir entonces que la “conciencia cultural” es un aspecto interdisciplinario que utiliza los recursos de una variedad de disciplinas humanistas que perfilan las aptitudes y habilidades requeridas para entender y desarrollarse satisfactoriamente en otra cultura. Al parecer, la habilidad para formar la conciencia cultural es parte de la recién desarrollada inteligencia emocional.
Conciencia cultural. Por supuesto, lo que tratamos de promover a través de la enseñanza de la lengua extranjera es el interés en el entendimiento y la tolerancia hacia otras culturas. Cuando hablamos de la enseñanza de la conciencia cultural como una habilidad, a diferencia de la enseñanza de la información cultural, tenemos que considerar un sinnúmero de cuestiones, como el plan de estudios, los materiales y la metodología. El desafío es iniciar un debate sobre qué y cómo dar clases para ayudar a nuestros jóvenes a desarrollarse como ciudadanos internacionales, utilizando una o más lenguas extranjeras como su lengua franca. Deberíamos comenzar por revisar en forma metódica los diferentes rubros que indica Robinson en su clasificación y experimentar la variedad de metodologías antes mencionadas, dando a los alumnos libertad para utilizar películas, videos, lecturas, pláticas, intercambio con grupos estudiantiles, concursos sobre temas culturales, representaciones, páginas en Internet, para formar de una manera constante su sensibilidad cultural.
Referencias bibliográficas:
· Greenall, Simon (2001). La gente como nosotros, Macmillan.
· Hofstede, Geert (2005). Culturas y organizaciones.
· Robinson, Gail y Nemetz, L. (1988:7). Cross cultural understanding, Prentice Hall Internacional.
· Solares, María Elena (1996). Lenguaje y cultura en el pensamiento de Roman Jakobson. Tesis de licenciatura de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM, México.
· Tomalin y Stempleski (1995). La conciencia cultural. Thomson Editores.
· Tomalin, Barry (2008). Culture – the fifth language skill. Artículo de Internet del 29 de septiembre 2008 en http://www.teachingenglish.org.uk/bbc/barry-tomalin/blog-cultural-activity. |